Tecnología y Género: un abordaje a desafíos bioéticos en el uso de las TIC por mujeres

Introducción

A medida que avanzamos hacia un mundo cada vez más tecnologizado, es crucial examinar críticamente cómo estas herramientas impactan en la vida de las mujeres y en los principios éticos que rigen su utilización. En la era de la sociedad de la información, los progresos tecnológicos y descubrimientos científicos no se distribuyen de manera equitativa. Las mujeres, como uno de los grupos vulnerables, enfrentan desafíos específicos, lo que ha llevado al reconocimiento de una “Brecha Digital de Género”.

Las mujeres son un pilar esencial de nuestras comunidades y familias, sin embargo, aún enfrentan desigualdades de género que limitan su acceso a la tecnología. Es vital no solo que sean consumidoras, sino también creadoras de tecnología. Debemos desafiar los estereotipos de género desde una edad temprana, promoviendo la participación de las niñas en los campos de la ciencia y de la tecnología. Además, es esencial abordar la brecha digital en áreas rurales, asegurando que todas las mujeres tengan acceso a oportunidades en el desarrollo tecnológico. Así se escribió en la Agenda 2030:

Las niñas y las mujeres son clave para crear soluciones para mejorar vidas y generar crecimiento inclusivo que beneficie a todos y todas bajo el nuevo paradigma de desarrollo sostenible” (Agenda 2030).

Las mujeres y las TIC

Para comprender verdaderamente cómo las mujeres aprovechan las TIC, es esencial ir más allá del simple acceso. Se deben examinar las diferencias en los patrones de uso entre hombres y mujeres; analizar las estadísticas sobre la participación laboral de las mujeres en la industria de la tecnología y su formación en este campo, y reconocer la presencia de intimidación en los entornos digitales.

Según Jackson (2001), se observan diferencias en la forma en que varones y mujeres utilizan las TIC, ya que aquellos tienden a enfocarse en la investigación y la búsqueda de información, mientras que estas se enfocan en la comunicación y el intercambio de datos. Sin embargo, estas diferencias no indican que las mujeres sean menos competentes en actividades relacionadas con las TIC que no sean la comunicación.

Las TIC han transformado radicalmente la forma en que nos comunicamos, estudiamos, trabajamos, nos informamos, jugamos, compramos y nos relacionamos en la sociedad actual. Sin embargo, a pesar del papel crucial que desempeñan las TIC en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, plantean una serie de problemas éticos relacionados con la privacidad, la seguridad de datos, la equidad en el acceso, el uso adecuado de la información personal, así como desafíos significativos en términos de equidad de género dentro de este campo en constante evolución. Por eso, es fundamental que el acceso se acompañe del desarrollo de habilidades digitales, pero, también, de seguridad para que no aumenten las ya existentes discriminaciones, violencias y desigualdades a las que se enfrentan las mujeres:

Las TIC están transformando el mundo entero y para las mujeres pueden significar oportunidades laborales, de acceso a servicios gubernamentales, de venta y compra de productos, así como de una mejor administración de recursos económicos y financieros, y como puente para la creación de redes de conocimiento, cívicas y hasta políticas” (ONU-Mujeres 2023).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) resalta la vital importancia de salvaguardar los derechos de las mujeres y las niñas en el ámbito digital y de enfrentar la violencia de género que ocurre en línea mediante el uso de nuevas tecnologías.

Brecha de género en las TIC

Desde hace muchas décadas, las mujeres han estado subrepresentadas en el sector de las TIC, y la brecha de género continúa siendo una preocupación en la actualidad. A pesar de los esfuerzos realizados, las mujeres siguen enfrentando obstáculos significativos en su participación, pues enfrentan limitaciones de tiempo para explorar el mundo digital y desarrollar sus habilidades tecnológicas, a pesar de reconocer el valor que esto puede agregar a su vida diaria. Más allá del simple acceso equitativo, es fundamental cuestionar cómo se moldea el mundo, quiénes lo moldean y para quiénes se diseña. En una sociedad que valora la ciencia y la tecnología, las políticas educativas en estas áreas juegan un papel crucial en la redefinición de las dinámicas de poder entre los géneros (Muñoz 2021).

Según datos de organizaciones internacionales como la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y el Banco Mundial, el porcentaje de mujeres que utilizan las TIC ha ido en aumento en las últimas décadas. Aun así, persisten brechas de género en términos de acceso, alfabetización digital y participación en campos relacionados con la tecnología. El Informe sobre la brecha digital de género de la UIT de 2021, a nivel mundial, se estima que la brecha de género en el acceso a Internet es del 17.5%. Esto significa que, en promedio, hay un 17.5% menos de mujeres que utilizan internet en comparación con los varones.

En algunos países y regiones, esta brecha puede ser aún mayor debido a factores como la desigualdad socioeconómica, la falta de infraestructura de TIC adecuada y las barreras culturales y de género. Sin embargo, es importante destacar que las iniciativas para promover la alfabetización digital y el acceso equitativo a las TIC están ayudando a cerrar estas brechas y a fomentar una mayor inclusión de las mujeres en el ámbito tecnológico.

En México, según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) (INEGI 2019) hay diferencias de género en el acceso a Internet y el uso de dispositivos tecnológicos. Por eso, es fundamental reconocer el valor y el potencial que las mujeres aportan al campo de las TIC, porque la diversidad de género no solo promueve la innovación y la creatividad, sino que también refleja la realidad de una sociedad inclusiva y equitativa. Por tanto, es imperativo adoptar medidas concretas para abordar las disparidades de género y promover la participación de las mujeres en el ámbito de la tecnología.

Así mismo, es crucial que las empresas y organizaciones del sector de las TIC reconozcan y valoren las contribuciones de las mujeres, y trabajen activamente para eliminar los sesgos de género y crear oportunidades equitativas para todos los empleados.

Las mujeres, la bioética y las TIC

En el ámbito de la bioética, las cuestiones relacionadas con la justicia, la autonomía y la dignidad humana adquieren una importancia aún mayor en el contexto de las TIC, y plantean desafíos éticos complejos que requieren una cuidadosa reflexión sobre sus implicaciones sociales, culturales y de género.

En este contexto, es fundamental considerar cómo las dimensiones de género influyen en la forma en que las mujeres interactúan con las TIC. Las disparidades de género en el acceso a la tecnología, la alfabetización digital y el empoderamiento tecnológico pueden amplificar las brechas existentes en el acceso a la atención médica y en la toma de decisiones informadas sobre cuestiones de salud. Además, la falta de representación de las mujeres en el diseño y desarrollo de tecnologías médicas puede llevar a la invisibilización de sus necesidades y preocupaciones específicas.

Es, pues, esencial integrar una perspectiva de género en el desarrollo, implementación y evaluación de las TIC en el ámbito de la salud. Esto implica garantizar la equidad en el acceso a la tecnología, promover la participación de las mujeres en la toma de decisiones relacionadas con su salud y proteger sus derechos y dignidad en el uso de datos personales y biomédicos. Así, al abordar las complejas intersecciones entre TIC, bioética y género, es factible trabajar hacia un futuro donde la tecnología sirva como una herramienta poderosa para promover la salud, la equidad y el bienestar de todas las personas, independientemente de su género u origen.

Conclusión

Al enfrentar, y dar posibles soluciones, a los desafíos de género presentes en las TIC, y al promover la participación plena y equitativa de las mujeres en este campo, no solo se construye un futuro más inclusivo y diverso, sino, también, se potencializa la tecnología para que impulse el progreso y la innovación en la sociedad.


Referencias.

Arenas R. M. (2011). Brecha digital de género: la mujer y las nuevas tecnologías. Anuario de la Facultad de Derecho, 97-125. https://ebuah.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/9843/brecha_arenas_AFDUA_2011.pdf?sequence=1&isAllowed=y.

INEGI (2019) Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH). https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2019/.

INEGI (2020) Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación. https://www.inegi.org.mx/investigacion/ecovided/2020/.

Jackson, L. A., Ervin, K. S., Gardner, P. D. & Schmitt, N. (2001). Gender and the Internet: Women communicating and men searching. Sex roles, 44(5-6), 363-379. doi: 10.1023/A:1010937901821.

Muñoz Rojas, C. (2021). Políticas públicas para la igualdad de género en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). ONU, CEPAL. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/b7c46066-75e1-4ca0-92cf-8eebf7faa240/content

Naciones Unidas. (2015). Transformando nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. https://unctad.org/system/files/official-document/ares70d1_es.pdf.

ONU Mujeres-CSW69 (2023) La innovación y el cambio tecnológico, y la educación en la era digital para lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas. NY. https://lac.unwomen.org/es/digital-library/publications/2023/02/innovacion-y-cambio-tecnologico-y-educacion-en-la-era-digital-para-lograr-la-igualdad-de-genero-y-el-empoderamiento-de-todas-las-mujeres-y-ninas.


Por: Lourdes Leticia Machado Balbuena 
Licenciada en psicología clínica por la Universidad Autónoma de Querétaro, Especialista en niñas, niños y adolescentes por la Universidad de la República Oriental del Uruguay, maestra en Ética Aplicada y Bioética por la Universidad Autónoma de Querétaro. Actualmente doctorante en ciencias sociales por la Universidad Autónoma de Querétaro.


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